El papel de la actividad física en el desarrollo del niño
Es ampliamente conocido que la actividad física es un hábito adecuado y saludable para personas de todas las edades. El ejercicio ayuda a mantener una buena condición física y, por lo tanto, la salud, tanto física como mental. Entonces, ¿cómo inculcar en un niño la voluntad de un estilo de vida activo desde una edad temprana? ¿Y qué ejercicios hacer con un niño de un año o de varios años para influir en su desarrollo y no dañarlo?
Voluntad natural de moverse
Todos los padres que se preguntan cómo animar a sus hijos a moverse pueden estar tranquilos: los niños, especialmente los pequeños, e incluso los bebés, tienen un hambre natural de movimiento, que es un deseo subconsciente de satisfacer la necesidad de actividad que estimule su desarrollo.
La actividad física tiene cuatro funciones en la vida de un niño. Estos son:
Función estimulante: aumenta el volumen y la elasticidad de los músculos y fortalece los tendones y ligamentos. El movimiento regular también tiene un efecto positivo en la mineralización de los huesos, aumentando así su masa, rigidez y dureza. La actividad física también estimula el sistema circulatorio humano: con una mayor actividad, la circulación sanguínea y la frecuencia cardíaca se aceleran, desarrollándose y fortaleciéndose.
También debemos mencionar aquí el enriquecimiento del niño con nuevas experiencias, la formación de la independencia y la capacidad de centrar la atención. Jugar con los padres o en un grupo de compañeros tiene un efecto positivo en la capacidad de conducta social adecuada de una persona.
Función adaptativa: influye en la adaptación del cuerpo humano a diversas condiciones cambiantes: temperatura, humedad o presión variadas. El niño aprende a afrontar y superar los retos, lo que le ayudará también a afrontar las dificultades cotidianas en el futuro. A través del movimiento, juegos o ejercicio, el niño aumenta su inmunidad y endurece el cuerpo.
La función compensatoria identifica el movimiento como un factor sumamente beneficioso para el cuerpo humano; pro-salud. El ejercicio y los juegos activos le permiten equilibrar varios tipos de estímulos que un niño tan pequeño recibe del mundo exterior. Hoy en día, vale la pena tratar de proporcionar un trampolín regular para un niño con entretenimiento generalmente disponible, como la televisión o los juegos de computadora. Una pelota estimulante o un juguete deportivo activador será sin duda una mejor opción para pasar la noche que los dibujos animados de la televisión que estropean la vista.
La función correctora es especialmente importante para los niños con defectos de postura. Gracias al ejercicio, pueden corregir cualquier anormalidad en su cuerpo. En niños con defectos en la columna, obesidad o asma, se recomiendan especialmente los ejercicios, pero en este caso los recomendados por un especialista que profesionalmente elaborará un plan de ejercicios adaptado a las necesidades del niño.
El placer de elegir
La actividad física y el ejercicio regulares, incluso durante los juegos cotidianos con los padres o los hermanos, son extremadamente importantes para el desarrollo adecuado de un niño pequeño. Puede comenzar con algunos ejercicios de juego simples, incluso colocar bloques o jugar con una muñeca o un osito de peluche. Cuando el niño crece un poco, vale la pena observar sus intereses en desarrollo; de esta manera, podemos adaptar las actividades y los ejercicios a lo que realmente le interesa. Gracias a esto, cada juego, incluso el pro-salud, se convertirá en un placer para el niño y los padres.
Los padres de niños pequeños extremadamente activos y estimulantes también deben considerar las actividades grupales. Gracias a ellos, el niño no solo descargará su exceso de energía, gracias a lo cual estará más tranquilo en casa, sino que también aprenderá a cooperar con sus compañeros y a seguir ciertas reglas. También es recomendable hacer ejercicio al aire libre, lo que además permitirá que el niño pequeño oxigene el cuerpo. El cerebro humano representa solo el 2% de su peso total, pero su requerimiento de oxígeno representa el 25% del de todo el cuerpo.
Un remedio para el estrés y el insomnio
Tanto los niños pequeños como los bebés tienen problemas para conciliar el sueño y dormir tranquilos. Este es un gran problema no solo para ellos, sino también para sus padres. El ejercicio es un remedio natural para los problemas del sueño: la relajación posterior permite que el niño se duerma más fácilmente y duerma tranquilo durante toda la noche.
El ejercicio que lo acompaña también mejora la condición del sistema nervioso, le permite aliviar la tensión y minimizar el estrés; gracias a esto, el niño está definitivamente más tranquilo, de manera saludable, y más feliz gracias a las endorfinas formadas en el cerebro durante la actividad física.
Los ejercicios físicos, incluso los más simples, deben convertirse en un hábito saludable en la vida cotidiana del niño y de los padres. Puedes empezar con juegos sencillos o ejercicios naturales para un bebé en la piscina. Todo lo que necesita es un poco de creatividad y disposición para pasar tiempo juntos activamente, fortaleciendo los lazos familiares al mismo tiempo.